lunes, 23 de abril de 2012

Tren y Trin.

Un par de noches después de escribir mi última entrada (sobre trenes y subconsciente) soñé con una chica de mi colegio. Yo la consideré bastante amiga en esa época, aunque no éramos íntimas, pero me caía muy bien y me alegraba la vista. Lástima que esos años mi corazón tuviera dueña y mi ego no. De otra manera, seguramente habría estado más pendiente de esta chica, que me hacía bastante tilín.

El sueño se desarrollaba en un caluroso verano. Fortuitamente me encontraba con ella en la calle y muy emocionada me invitaba a su boda. Se iba a casar en Las Vegas con su novia desde hacía unos meses Trin.

- ¡Trin y Tren! Ya te puedes reír, todo el mundo hace la misma gracia… Me decía ella.

Curiosa mi cabecita que en mi sueño decidió ponerle a ella el nombre de Tren. Recuerdo pensar mientras soñaba, desde cuándo sería Tren el pseudónimo de Alicia.

Ya tengo muy borroso el sueño, debería haber escrito sobre esto ése mismo día.

Por otro lado, el viernes también tuve uno de los momentos curiosos que tanto me gustan a mí.

Mientras comí me puse a ver “Cuando Harry encontró a Sally” que la estaban poniendo en la televisión.

En una de las escenas de la película apareció un informativo dado por Dick Clark, un periodista americano del cual no conocía existencia hasta esta pasada semana, que falleció y dio la casualidad, no sólo que leí una noticia sobre eso, ¡sino que se me quedó el nombre! (con lo mala que soy yo para recordar nombres…).

Tras finalizar “Cuando Harry encontró a Sally”, empezó en el Paramount Channel “El mundo está loco, loco, loco”. De primeras me dieron ganas de verla, una película de Spencer Tracy ya me llama de por sí la atención, pero no quería pasarme la tarde del viernes pegada a la televisión y cómo el libro que me estaba leyendo estaba muy interesante cuando lo dejé en el metro, decidí avanzar mi lectura.

Estaba leyendo “Criadas y señoras” y repasé rápidamente lo último que había leído: un par de parejas estaban quedando para ir al cine. Sigo leyendo y deciden que quieren ir a ver “El mundo está loco, loco, loco”.

Y ya para rematar, tras leerme el libro completamente este fin de semana, Dick Clark también es nombrado en él.

martes, 17 de abril de 2012

20000 leguas de viaje al subconsciente.

Nunca te arrepientas de algo que ya has hecho, sólo te provocará dolor.
Es una de las máximas que me he aplicado todos los días de mi vida. Aunque parezca, a priori, extraño o de una persona de mente fría, se podría decir que en el devenir de los años he aplicado mi regla rigurosamente; es más, encuentro enriquecedores todos mis errores e intento sacarles el máximo partido, siendo cada vez más previsora con mis acciones y convirtiéndome, por desgracia, en una persona más fría.

Estos últimos días me ronda un pensamiento, una sensación perdida y, sobretodo, una pérdida.

Posiblemente la única vez que he tomado una decisión puramente racional, fue cuando no debía tomarla. Y más aún, valorando la sucesión de hechos totalmente irracionales a los que me llevó después dicha decisión.

- A ver, no nos asustemos, que no he matado a nadie - me digo a mí misma - la simple verdad es que he cometido un error. Un error de los que hacen época. Y lo peor es que en el fondo de mí, siempre supe que algún día tendría que aplicarme el sermón de ‘no arrepentirse’ por este motivo.
- ¿Y qué piensa hacer ahora Doña Perfecta? ¿Alguna manera de enmendarlo?
- Psssss… ¡Y yo qué sé! Ya perdí aquel tren…
- ¡Uf símil ferroviario, rebosas ingenio! Pues que sepa Doña Perfecta, que los trenes tienen rutas y siempre vuelven a su partida o a su destino.
- Sí… La vida es cíclica y nos da más oportunidades de las que creemos y merecemos.
- Así mejor… ¿Qué harías si el tren parara en tu puerta esperando que esta vez sí te subieras?
- Cagarme de miedo por no cagarla.
- ¡Qué pueril!
- Si pudiera subir, viajaríamos por aquella ruta que ya estaba construida. Es más, estaría mejorada y con las vías lubricadas. Y no habría punto de partida, ni estación de destino PORQUE de los errores se aprende y parafraseando a Nietzsche ‘Lo que no me mata, me hace más fuerte’.

Algún día haré una lista de mis máximas, sobretodo para que nunca se me olviden ni a mí.

domingo, 8 de abril de 2012

MM

Ellos siempre estuvieron. Nunca les pedí que dedicaran su tiempo y su cariño a mí, pero de todas formas, lo hicieron.
Cuando yo era un mar de felicidad, disfrutábamos los días juntos, todos ellos con entusiasmo y en el momento que mi vida de entonces se me desmoronó y cuando no creía que saliese de ese agujero ellos no hicieron más que mimarme.
Me despertaba cada mañana en un mar de lágrimas. Ellos con paciencia, me secaban cada una de ellas y me abrazaban para otorgarme un mejor despertar. Nunca me juzgaron ni hicieron juicios de valor de la situación, pero siempre estuvieron preocupados por mí. Se lo notaba en sus miradas y caricias delicadas.
Consiguieron que cada mañana, pese a no tener ningún compromiso, me levantara temprano y aprovechase mis días.
Todos los días me arrastraban a la calle, a que me diera el aire fresco, a que despejara mis ideas y poco a poco restableciera mi vida.
Mis otros amigos y familiares también estuvieron, también me apoyaron, pero no consiguieron que transcurridas las semanas, los meses, el momento que más ansiase en el día fuese el de salir con ellos un rato, el no hablar, el no decir cómo me sentía a cada momento. No hacía falta, ellos me vieron quebrarme de un instante a otro y mientras transcurrió la rotura ya se posicionaron rápidamente a mi alrededor.
Nunca se lo agradeceré lo suficiente y, ahora que por fin veo lejanos aquellos días, semanas y meses, no quería dejar pasar la oportunidad de afirmar, que verdaderamente, ellos son un tesoro, un regalo y que les debo, al menos parte, de mi estabilidad emocional.

Bienvenida

Bienvenid@ a este rincón.
Nunca me he dirigido a un lector, pero hoy haré una excepción.
No sé cómo habrás llegado a parar aquí, quizás me conoces, te sueno (internet es un pañuelo) o simplemente te aburrías y has dado con este lugar.
Lo que sí sé es cómo he llegado yo. He tenido numerosos proyectos personales desde que comencé a usar internet allá en el año 1996. Desde una página web que nunca fue publicada pero que guardo con mucho cariño en unos discos de 3½, mi primer blog (ya extinto) “Paranoias infundadas” y “Paranoias infundadas 2.0” alojado en el antiguo dominio diariosgratis.com, una segunda y verdadera página web dedicada a relatos originales y fanfics (con dominio extinto del que fui propietaria), un blog complementario a dicha web en blogia.com , un myspace que fracasó casi antes de comenzarlo, un fotolog el cuál posiblemente sea el espacio que más tiempo y empeño le he dedicado y este blogger.
Hoy me dirijo a ti lector, pero este blog no es nuevo. Lo inicié poco antes de que mi vida diera un cambio de 360º, había unas cuantas publicaciones y hace unos meses, lo recordé y lo limpié. En ese momento quise escribir algo, empezar de 0, pero la pereza se apoderó de mí. He pasado los últimos dos años algo desconectada de mi actividad habitual en la red. Para ser sincera he hecho más o menos lo mismo, pero no he sido participativa, me quedé como mera observadora en todas las comunidades, blogs, vlogs, foros y webs que visitaba con asiduidad. Y esa no era yo, algún día tenía que saltar, pues yo no soy de las que cierran la boca. A mí me gusta hablar, escribir, expresarme y sí, además, puedo aportar lo más mínimo a algo o a alguien mejor que mejor.
Espero que disfrutes la visita.